Retos Mensuales 

Legends Founders

Retos mensuales, dos por cada reto. Inicio en enero 2020 a mayo de 2020. 10/10 retos.

Si quereís saber más, entrad en la página oficial (https://www.legendsfounders.com/) o en el instargram(@legendsfounders)

Viaje inolvidable

Este debía de haber sido un viaje de amor, y ser inolvidable, pero por desgracia la parte inolvidable fue cuando él me dejo antes de subir al avión, me menciono que se había enamorado y que se iría con ella, por orgullo subí como si nada hubiera pasado, pero el dolor era tan grande, que aún sigo llorando. Por esto estoy aquí, en mitad de un avión destino a un viaje romántico y sola. Puede haber algo más triste, cuando lo único que deseo es ir a mi casa, sentarme en el sofá y olvidar este día con un enorme helado de chocolate.

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Aventura sobre ruedas

Me encuentro en mitad de un bosque, con la maleta acuestas, con mucho calor, caminando por una cuesta en dirección a la cima de esta montaña. ¿Qué porque estoy aquí?

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Estado de alarma

Empezamos el año con total normalidad, proyectos y deseos que completar. Pero... En una parte del mundo sufrían y eso fue propagando por todo el mundo, en cuestión de días, semanas, meses, todo cambió...

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El caballero del sol

Era tan solo un bebe cuando fue abandonado en la orilla de una playa... la marea fue arrastrándolo mar adentro hasta llegar al lago Escalón. Ahí se terminó adentrando hacia una cueva con un pico volcánico donde la luz de la luna alborotaba su esencia transformando magia entre su reflejo y ella... La luz de la luna fue reflejada en cada gota de agua y a su vez en los ojos de aquel bebe...y lo que pareció un pez de enorme tamaño eran una sirena, Atarais la cual fue concebida protectora del amor y fecundidad, como ella por su sacrificio o como también conocida diosa Siria por su pecado, recibió su cola de pez convirtiéndose en una sirena... así como aquel bebe que también fue recompensado con una cola... 

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El hogar del hielo

"Aquí me encuentro yo con mis dos ayudantes, explorando la profundidad de una cueva donde su centro es de hielo. Nos encontramos atrapados en esta profundidad sin escapatoria, congelándonos a cada suspiro. Pero lo peor no es eso. Lo peor de todo es que hemos despertado a una bestia, ocupando su lugar, la bestia ha sido liberada, por ello escribo esta carta con la esperanza de que alguien pueda encontrarla y saber que la única manera de frenar o saciar a la bestia es con un hechizo. En el reverso encontrareis la manera de hacerlo y las palabras adecuadas. Lo siento, pero no hemos podido con él, espero que quien lea esto, pueda. El frio me devora como si fuera un tsunami que arrasa con todo y cada vez me cuesta más pensar o escribir. Intento respirar, pero ya no me queda oxígeno en mis pulmones. Suerte."

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La llama del amor

Todo empezó un día sin más, me desperté dando un saltó de la cama, al fijarme en el reloj y ver que llegaba tarde. Cogí el coche a dirigirme hacia la oficina. Mientras iba en camino, me di cuenta de que tenía fiesta. Hoy empezaba las vacaciones. Así que me dirigí al bar a leer un poco y a desayunar. Como siempre un café con leche, no demasiado caliente. Retome el libro que tenía en el bolso y me dispuse a leerlo. Alimentando la imaginación. Pero de golpe. Las luces se apagón. La puerta era electrónica así que nadie podía salir. Le pregunté al camarero haber que ocurría y no entendía porque el apagón. Al darme media vuelta choque sin querer con alguien. Todo estaba demasiado oscuro no podía ver con claridad. La luz volvió y me encontraba justo delante de él. Alto, moreno, ojos claros, sonriéndome. Le pedí disculpas por mi atrevimiento. Entonces con una sonrisa y la vergüenza pronunciada en mis mejillas ruborizas. Me dispuse a salir. Me dirigí al parque. Estaba desierto. Realmente no tenía planes. Me dejaba llevar. Entonces una voz me pidió sentarse al lado. Acepté. Era él, el mismo hombre con el que había chocado en aquel bar. Cogió mi libro, leyendo la portada y su sinapsis de atrás, sonrió y en aquel momento empezamos hablar. Al tiempo se nos había echado encima, así que me invitó a comer después de unas horas hablando y conociéndonos. Cada instante parecía sacado de una escena de película romántica. No podía creer que algo así me ocurriese a mí. Después de comer nos despedimos tomando cada uno su camino, por su puesto dejándonos el número para estar en contacto. Día a día iba a desayunar aquel bar donde terminaba encontrándolo. Tan puntual como siempre. De un día para otro nos encontrábamos desayunando todos los días en la misma mesa, mirándonos, hablando. Pero hoy iba a ser último tenía un viaje programado para las vacaciones, y ya tenía que partir después de una semana viéndole, sonriendo sin más... Me despedí del como un día normal, no quería que la despedida fuera diferente. Así que al salir mientras me dirigía al coche le mande un mensaje de texto para comentarle que durante un tiempo no me vería más por aquel bar. Le comenté que me iba.

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Raíces de amor

El beso prohibido fue la sentencia apoderándose; sellando nuestros corazones a fuego envueltos por el amor, un mismo amor, donde la magia terminó por unir nuestros destinos...

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Últimos suspiros

Embarque este navío con la única intención, o misión, de esparcir tus cenizas en el océano donde disfrutaste tu pasión, la aventura, que terminó por ser la última, os perdí, en estas aguas perdí el único amor que nunca quise perder. La familia. Te perdí hijo mío, y aunque quisiera que todo fuera una pesadilla, seguí, con la cabeza agachada, el corazón partido, y el dolor en mis entrañas.

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Mensaje de botella

Dejé de llorar de dolor en la soledad de la isla en la que me encontraba, ya sin esperanza alguna de comunicación o supervivencia, pudiendo observar como acechaba una tormenta que cada vez estaba más cerca, truenos que escuchaba, relámpagos que iluminaban el cielo de manera escalofriante, en la orilla de esa playa desierta donde las olas estallan, mojando mis pies. Al fin otro atardecer más. De la nada, noto como algo frio pero suave roza mi pie, arrastrada por la corriente, una y otra vez, volteo mi mirada, y en mi asombro, una botella, al recogerla veo como un papel enrollado se encuentra en su interior. Al terminar el atardecer, me dirijo adentrándome en la isla pero no en su profundidad, en una pequeña cabaña que construí para resistir... Al frio, el temor, al sol o la lluvia.

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