
Era tan solo un bebe cuando fue abandonado en la orilla de una playa... la marea fue arrastrándolo mar adentro hasta llegar al lago Escalón. Ahí se terminó adentrando hacia una cueva con un pico volcánico donde la luz de la luna alborotaba su esencia transformando magia entre su reflejo y ella... La luz de la luna fue reflejada en cada gota de agua y a su vez en los ojos de aquel bebe...y lo que pareció un pez de enorme tamaño eran una sirena, Atarais la cual fue concebida protectora del amor y fecundidad, como ella por su sacrificio o como también conocida diosa Siria por su pecado, recibió su cola de pez convirtiéndose en una sirena... así como aquel bebe que también fue recompensado con una cola...
Cuentan las leyendas que las sirenas se asomaban a la superficie y cantaban a los marines para atraparles en una trampa de seductora captando su atención... fue entonces cuando en la orilla de la playa entre la espuma de mar y la tierra revuelta en agua... nació la diosa Afrodita protectora del amor y los marines. Zeus el primero en su especia fue declarado dios de los mares. Colores verdosos o azulados a las algas piel de seda y cola de escamas verdes y plateadas...
Sin embargo, ese bebe convertido en sirena, tenía un poder mágico que le había otorgado la luna, se crio entre dioses, peces y un mundo apartado de la sociedad, de la humanidad.
Ese bebe creció, se convirtió en una mujer, hermosa, fuerte y poderosa. Convertido en diosa, Ameonna.
Nadie conocía realmente su poder, pero podía camuflarse, y adentrarse, convertirse en lluvia, niebla, nubes o cualquiera que tuviera un poco de humedad o agua. Podía controlar la lluvia o las tormentas, se convirtió en una protectora del océano, hacia los humanos. Ya fueran bañistas o marines, pescadores o simplemente los que bucean los mares para estudiar tal naturaleza.
Sin embargo, cuenta una leyenda que en el volcán donde fue concebido sus poderes, muchos años atrás, un hombre se perdió en las profundidades se dice que aun reside ahí dentro, su leyenda fue tan grande que lo llamaron Vulcano, el dios del fuego. El caballero del sol, que controla el poder más temeroso, y en las paredes de aquel volcán se forjo su nombre, y sobrevivió durante años, ¿Qué porque se quedó ahí? ¿Si llegó a salir?
La leyenda cuenta que él se adentró porque era un humano curioso, se adentró en un volcán inactivo para estudiar sus piedras, paredes, o cualquier cosa que estuviera cerca, pero se adentró tanto que luego no encontró la salida, el tiempo siguió su curso, y los rumores hacían de él una leyenda porque de noche debajo del agua podía ver su una luz naranjada que provenía de dentro del volcán. Esa llama jamás se extinguió, muchas sirenas, dioses, quisieron averiguar, muchos murieron en el intento, otros se rindieron. Años después, ese volcán se fue fundiéndose con la marea, cada vez entraba más agua, había muchos accesos desde las profundidades, pero desde la superficie todas quedaron selladas por plantas, arboles…
Pero con fuego en su interior y la luna en lo alto del volcán podía crearse tal poder que cualquier dios o humano podía convertirse en alguien poderoso, pero nadie podía elegir su poder, más que el corazón de cada persona que reflejaba su miedo y en ello su virtud.
Muchos humanos sabiendo la historia original del dios del fuego, deseaban adentrarse, pero cualquiera que entrase con la maldad, o avaricia, egoísmo, se encontrarían con una maldición y no un con poder. Sólo los de puro corazón, los más inocentes, sinceros, y con intenciones buenas podían obtenerlo. Gracias a lo que esas aguas, a lo que la luz de la luna, y los dioses veranaban ese lugar sagrado, ese bebe no llegó ahí por casualidad. Tenía un destino que vivir.
Volviendo a nuestra historia. Cuando Ameonna creció, justa y bondadosa, protegiendo como le había enseñado cada ser vivo de los océanos. Inocente ella lo único que no le contaron que no le explicaron es solo había un lugar en todo el océano donde ella no podía acercarse, ni ir. El triángulo de las bermudas, todo dios sabía que escondían ahí, un lugar sagrado, donde ningún humano podía adentrarse. Poseidón provocaba corrientes dentro del mar para provocar mareas que nadie pudiese navegar. Zeus provocaba rayos en el cielo que se unían a los mares.
Un día Ameonna, fue a un lugar, ayudar a unos peces que se quedaron atrapados entre escombros. Ahí encontró una foto de unos humanos, con un bebe en brazos, él bebe tenía la misma marca que la diosa Ameonna. Curiosa ella quería saber dónde venía pues no concia más familia que los dioses o sirenas donde se había criado. Se fue a ver Atarais y le contó lo que vio, le pregunto si era ella, si sabía de donde venían o quienes eran sus padres. Ella respondió, da igual de donde provienes, este es tu lugar, tu padre y tu madre es la luna y el océano, nosotros somos tu familia olvídalo y no busques más allá de lo tienes delante. Pues nadie podrá responderte te encontramos en el agua sola.
Ella con duda quería saber más. Pero siguió con su deber, pues quien le respondería las preguntas que en su corazón se escondía.
Un día cualquiera, pero un día cuando ella noto la presencia y el dolor de uno de los animales, un delfín que no para de gritar, fue corriendo a su búsqueda, cuando llegó era un barco, lo habían atrapado. Ella protegiendo a ese animal desgarro la red que lo tenía cautivado. Pero ya eran tatos los animales que sufrían que no tenían seguridad dentro del agua, siguió ese barco, esperando a que no hiciera ningún daño a otro animal. Cuando se quiso dar cuenta estaba tan solo a unos metros de ese lugar prohibido.
Pudo ver que ese barco se adentró en el triángulo de las bermudas donde nadie tiene poder y todo escapa a su control, los marines caían sin cesar, asomándose a la superficie desde lejos podía ver tornado que se llevaban el barco por los aires dando vueltas…
Esta historia acaba de empezar, pues ella se dio cuenta del poder que realmente tenia, con su mano podía manejar la lluvia, con su mente la niebla empezó a envolverlo todo en blanco, entonces su poder empezó a controlarla, de tal manera que salió del agua flotando y sus piernas volvieron donde tenía una cola. Sus solo se vía niebla. Ella sin saber que hacer, empezó a sentir. Terminando así con las mareas y la lluvia. Dentro del huracán empezó a respirar. Todo acabo. Todo parecía normal. Ninguno de los marinos sobrevivió, ni el barco tampoco, todo se hundió. Cuando todo estuvo en calma, entonces ella volvió a tener el control, pero con más poder. Y entonces lo vio. La leyenda del dios del fuego, era cierta, pues ahí estaba, en una burbuja de aire empezó a salir un hombre echo de fuego, subiendo a la superficie donde ella aún está en el aire. Se quedo asombrada mirando. ¿Eso era lo que protegían? ¿lo que escondían era el dios del fuego?
¿Por qué estaba ahí? ¿Quién lo cautivo?
El fuego parecía que le había devorado, y de golpe un caballo empezó acercarse hasta él. Se miraron y él se fue lejos de ahí…
Los truenos empezaron a sonar más fuertes que nunca. Y por un momento Ameonna no encontraba la explicación a todo lo que acababa de ocurrir. Empezaron acercase los dioses rodeándola. Todos la miraban de manera agresiva como si todos estuvieran enfadados. Ella desconcertada, respiro hondo y todo lo que se podía ver se convirtió en niebla, el dios del fuego regreso galopeando en su caballo cogió Ameonna y se fue con ella a la orilla de una isla. La noche y la niebla los ocultaba de todo dios.
Continuara…
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