Aventura sobre ruedas

Publicado el 15 de enero de 2024, 19:42

Me encuentro en mitad de un bosque, con la maleta acuestas, con mucho calor, caminando por una cuesta en dirección a la cima de esta montaña. ¿Qué porque estoy aquí?

Todo empezó el viernes, al salir del trabajo, recibí el mensaje de mi amiga Lisie, de ir de acampada con el guaperas de su hermano y su mejor amigo.

Éramos las enchufadas del grupo, no me apetecía nada, ir y tener que soportar el carácter de su hermano y sus discusiones. Pero ella, ella está enamorada de su amigo Adam.  A parte que tampoco pude negarme, estaba esperando en la puerta de mi casa, con su maleta ya lista. Así que empecé hacer mi maleta, pensando que esta noche podría ser la noche de meteoritos y seria perfecta Lisie y yo estaré ahí para verlo. Poco después llego Jason con su coche, toco tres veces el claxon y nosotras bajamos de mi piso, ahí subimos al coche, estuvimos varias horas condiciendo entre Jason y Adam se iban intercambiando, nosotras tan solo cantábamos dentro de aquel coche.

Sin embargo, hoy por primera vez vi a Jason sonreír, y parecía que era distinto a los días normales. Hoy estaba encantador y simpático. Al fin, llegamos en el extremo de aquella montaña, los chicos bien emocionados cogieron sus maletas y empezaron andar, y nosotras a su lado, caminamos, era de madrugada, y lo único que me apetecía era tumbarme así que lo hice, a medio camino me senté, y descansé, entonces ellos vieron que ya no podía más, y se sentaron a mi lado y sacaron los bocadillos, la armonía que se respiraba era increíble, no había prisas ni discusiones por nada. Era como si la naturaleza sacase lo mejor de su hermano. Poco después empecemos a caminar, ellos nos animaban y nos motivaban, y varias horas después aquí me encuentro, doy la vista hacia arriba y veo que la cima está cerca. Y eso me alivia.

Al fin en la cima, se me estaba haciendo interminable, solté la maleta como un niño al llegar a casa, me acerque al extremo del acantilado, y mire la hermosa vista. Jason y yo empezamos a poner las tiendas de campaña mientras Adam y Lisie fueron a buscar troncos para que cuando anochezca tuviéramos, aún quedaba todo el día por delante, pero la escusa se me ocurrió a mí para que ellos dos pudieran tener algo de intimidad mientras su hermano estuviera entretenido conmigo y con cada una de las tiendas.

Tardaron bastante, ya lo hicimos todo, y aún no habían llegado, pero sabía que estarían bien y disfrutando, es uno de esos amores que parecen prohibidos, ya que él es algo más mayor y amigo de su hermano, pero era realmente hermoso, sus miradas, las sonrisas que se hacían, y Jason no es tonto, pero no quería verlo, así que él no se despegó de mí en toda la mañana, al fin llegaron y empezamos a preparar algo para comer.

Dejé de ver el chulo de Jason para ver el encanto que el reservaba en su interior, pero aún me quedaba mucho por conocer, tan solo empezaba la excursión, Disfrutamos de la compañía de las risas, las locuras o tonterías. Por la tarde estuvimos cerca del rio, tan solo a diez minutos de donde habíamos puesto las tiendas de campaña, desde el rio podíamos ver todas nuestras tiendas en mitad de unos árboles. Nos bañamos, pero como no sabía que habría un rio, termine bañándome con ropa interior, éramos como niños jugando entre los cuatro, divirtiéndonos.

Y después llegó la noche, una comida, en grupo como si fuera una reunión y el fuego en medio, Entonces los chicos sacaron una botella de vino y empezamos a jugar a verdad o atrevimiento. Ahí Jason se dio cuenta de lo mucho que se querían su hermana y su mejor amigo. Pero por suerte no se lo tomo para nada mal.

De todos modos, nadie sabía si por mañana lo recordaría, así que fue algo divertido. Lisie se fue a dormir, pero al no ir yo junto con ella le preguntó a Jason si podíamos dormir todos juntos, pues su temor era enorme. Sinceramente, me reí, ella no tenía temor, lo que deseaba era que no terminase ese día. Todos eran felices. Radiantes. Jason le dijo Adam que ayudase a su hermana. Mientras yo y Jason nos quedamos sentados en ese fuego, mirando el cielo y todas sus estrellas…

Cuando despertamos el día siguiente, yo y Jason estábamos tan cerca que podía sentir su respiración como si fuese mía, cuando abrió los ojos me pronuncio un buenos día y yo nerviosa le dije lo mismo, pero desviando mi mirada, salimos de esa tienda. Y nos encontramos que no estaban las maletas, así que decidimos ir dirección el coche. Después de horas y horas caminando, no encontrábamos el coche. Pero si una cascada a la cual refrescarnos.

Terminamos perdidos en mitad de un monte. Cuando por fin conseguimos llegar a la carretera, intentamos llegar el coche, pero donde tenía que estar no estaba, llamamos a la policía y esperamos ahí que vieneses a por nosotros. Cuando nos rescataron y nos tomaron declaraciones hablaban de leyendas urbanas y otros de vandalismo, nos quedamos en una cabaña de un camping donde podíamos quedarnos un par de días por si recuperaban nuestras pertenencias, dinero, tarjetas, cartera, o cualquier tipo de documentación, parecía que estábamos cautivos. Pero no era tan malo, pues la compañía no podía ser mejor. Y aun sin saber que pasaría, disfrutamos cada momento que estuvimos ahí, todos juntos. Hasta que Adam y Lisie desaparecieron de la nada. Nosotros pensamos que la parejita necesitaba un momento de intimidad. Nosotros empezamos a jugar a los dardos, y entre risas y bromas terminamos medio abrazados. Sus labios estaban tan cerca que sin darnos cuenta nos acabamos besando. Todo parecía tan romántico, que ni siquiera pensamos en nada. Después de varias horas la preocupación nos empezó a devorar los pensamientos. Salimos de la cabaña mirando alrededor a ver si los encontrábamos, preguntamos a gente que nos encontrábamos, pero nadie sabía nada.

Todo tan extraño. Por suerte los móviles no fueron robados. Así que ya una vez cargados empezamos a llamar ambos. Escuchamos el sonido que provenía del bosque. Seguimos sin parar, hasta llegar a la entrada de una cueva. Donde sin pensarlo, y con el miedo recorriendo nuestra espalda, entramos cogidos de la mano. Esto me recuerda a tantas películas de miedo, que no sé qué pensar. O que nos vamos a encontrar.

Escuchaba un ruido, era una música, ahí estaban ambos. Dormidos dentro de la cueva, semi desnudos. Y abrazados.

Los asustamos y empezamos a reírnos.

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