Una amiga me vino a recoger a las nueve de la noche para que le acompañase a una fiesta, donde la habían invitado, pero no era una fiesta normal, era una de disfraces mencionó … pero yo no paraba de mirar el móvil, pues estaba conociendo a una persona, interesante y misteriosa, la cual me tenía fascinada. Aquí estoy, subida en un coche, con ella disfrazada de conejito, yo disfrazada de pajarito, un vestido bastante atrevido, de colores azul, verde, rojo, amarillo, era apretado, si me agachase creo que se me vería todo, tenía flecos que se movían con cualquier movimiento de mi cuerpo, de mi manera de andar o incluso al bailar, unas alas en mi espalda no muy grandes, llenas de plumas. Usé unos tacones negros, no muy altos, y unas tobilleras con alguna pluma, me puse mis pulseras, que tintineaban con el momento, me gusta tener cierta atención. Dejé mi melena suelta, nada especial, me pinté la línea de los ojos, y me puse un color rojo en mis labios, una máscara de plumas multicolor y un pico no muy pronunciado, para intentar cubrir mi rostro.No dejaba de mirar alrededor, cada vez nos alejábamos más de la civilización pues, para mi sorpresa, la fiesta era en una casa en mitad del bosque, me gusta, pero también es algo siniestro. Después de veinte minutos llegamos a la casa, había muchos coches diferentes colores, tamaños, marcas y alrededor de la casa había una multitud de personas disfrazadas, animales, vikingos, vengadores, piratas, pues la única condición eran las máscaras. Ese lugar carecía de cobertura, prácticamente estábamos aislados, la casa era preciosa de madera, dos pisos y un porche, sacada de una película, por fuera todo era de color madera, pero al entrar era bastante moderna, con algún toque antiguo. La decoración es increíble, cortinas con perfecto doblado, colores cálidos, luces que van de un lado al otro, la música empezó a sonar, el alcohol empezó a fluir... Mi amiga me abandonó por lo que parecía un zorro, quizá suene algo irónico, pero no, era su novio y estaba hecho adrede... Eligieron los disfraces juntos.No conozco a nadie y aunque los conociera no podría reconocerlos con las máscaras...Pasaron horas, me divertí, bailé, canté, disfruté, me emborraché, al rato la música paro y el anfitrión mencionó unas palabras de las cuales yo sin verle, fui saliendo de esa multitud, de esa casa…Ahí, con un vaso lleno de licor, con las estrellas alrededor pude desconectar un poco del caos del interior.De la nada sentí una sensación extraña, apoyada en aquel porche, miraba alrededor donde estaba el bosque, quise revisar mi móvil, pero aún seguía sin cobertura. De repente una voz me susurró…"-Hola pajarito"-Esa voz, inquietó mis sentidos...Volteé mi mirada, un lobo de detrás de mí, más alto que yo, moreno, pero no es un lobo normal, no tiene pelaje, sino un señor lobo, con traje negro, camisa blanca, tiene un cinturón clásico, la máscara le cubre todo menos sus labios, tiene un poco de barba y bigote, el pelo largo … me giré y de repente... su aroma inundó mis sentidos...-Que bién hueles! - susurré, cuando solo quería pensarlo…Diste un paso hacía a mí, y pusiste las manos en la valla donde aún estaba apoyada, aunque de espaldas...Sonríes, porque sonríes... un escalofrío recorrió mi piel...-No he dejado de mirarte en toda la noche, me gusta como bailas... -dices con voz baja.Sorprendida, yo ni tan siquiera había mirado a alguien de mi alrededor...Tus manos se acercan a las mías, las yemas de tus dedos recorren mi brazo, y tu mano se acerca a mis labios, los acaricias… No es normal lo que me estás produciendo, pero la realidad nos despierta cuando un Vengador te reclama...Aún sobresaltada... Tomé aire y regresé al interior de la casa. Ahora era yo quien no dejaba de mirarte... ya no veía la multitud, solo te veía a ti... Me miras y con inercia una sonrisa se dibuja en mis labios, y ahora en los tuyos... Intento disimular, pero al voltear mi mirada muerdo mis labios...Mi amiga y su novio interrumpieron mis pensamientos, de repente respiraba tu aroma, te busco a mi alrededor, entonces lo noté, acariciaste mi mano mientras cruzabas por detrás de mí, fuiste directo a buscar una copa, así que no lo pensé y te seguí. Me ofreciste una y yo intenté cogerla rozándote la mano, con suavidad, lentamente, no dejo de sonreírte y tú no dejas de mirarme con esos ojos... Después de horas, de miradas, roces, y demasiada bebida, tuve que ir al baño, pero estaba ocupado. Un pingüino me dijo que arriba había uno, así que subí, entré en el baño, y al salir, ahí estabas, mi corazón se acelera, te acercas a mí y cada paso que das, yo doy uno hacia atrás, hasta tocar con la espalda la puerta del baño. De repente, sin esperarlo, me besas, un beso bastante apasionado, una de tus manos se pone en mis glúteos y la otra está en mi cuello, la subes hasta la mandíbula dejando el cuello a la vista, y ahora me besas por el cuello, estás a punto de provocarme una locura... Puedo notar tu aliento encima de mi piel, puedo sentir tu respirar... Empiezo a tocarte, por tu pecho, tu abdomen, y antes de poder rozar tus pantalones me coges de la mano y aun con tus labios en mí cuelo suben a mi oído, susurrándome…-"No te he dado permiso pajarito, yo soy el Alfa, yo mando"-. Entonces la mano que está en los glúteos dejo de sentirla, abres la puerta del baño y entramos los dos, ahí me quitas la máscara, sonríes…“-Así que eres tú, pajarito”- comentaste aún en voz baja, sin saber de qué me estás hablando, me quedo algo intrigada.- ¿Quién eres? - pregunté. Me miras…– ¿Quién te gustaría que fuera? - mencionaste con una sonrisa.Intenté acercar mis manos a tu máscara, antes que pudiera tocarla con tu mano me cogiste de la muñeca llevándola hacia atrás a la misma pared donde me tenías cautivada… tu aroma … tus labios tan cerca…-No sé qué buscas en esta fiesta, pero sé lo que deseas pequeña….Dijiste mientras tus manos acariciaban mis muslos, en dirección a mi entrepierna. Ya está, puedo sentirte, mi respiración está agitada, la verdad es que me estás poniendo cachonda, tus dedos rozan mi clítoris y momentos después se adentran suavemente dentro de mí...-Estás empapada, pajarito... –dices sonriendoTus palabras me hacen sonrojarme, no pude evitarlo, un gemido tímido, pero involuntario salió de mis labios, una de tus manos va hacia mi cuello, me miras, con tus ojos de desafío, de deseo, de lujuria... Realmente tienes ojos de lobo… Llaman a la puerta, pero no le doy atención, pues mi atención, mi cuerpo, toda yo, estoy ocupada en tus manos… Tú tienes el control de mí…Te detienes, me miras sonriendo y sales de ahí dejándome excitada, intrigada...
Añadir comentario
Comentarios