Bajo la mirada del Sr. Lobo

Este relato lo escribí yo como autora. Sin embargo, la inspiración que determinó la historia es de Alvaro Morales.

Bajo la mirada del Sr. Lobo parte 6

Aún sentada a gatas en aquella cama, mirándote, el timbre resonó por la casa...-No te muevas pajarito- Tus ordenes son sinfonía para mis oídos...Te pones los pantalones, y sales de la habitación. Escucho voces. Sigo en la mismapostura. La realidad nos despierta de esta fantasía. Pues en a la puerta se encontraba miamiga con su novio, vestidos de manera formal.Vuelves a entrar en la habitación. Me miras.-Vístete pajarito- Dices lanzándome mi vestido.Me visto, y salimos juntos de la habitación, mi amiga está bastante descompuesta.Estaba preocupada me había llamado en varias ocasiones, y también quería recuperar sucoche. Debo irme.

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Bajo la mirada del Sr. Lobo parte 5

Empezamos hablar tal y como lo hacíamos por el chat, pero es diferente, escribir tras una pantalla que tenerte enfrente, después de todo lo que hemos hablado, o hecho, no me puedo creer que pudiendo tener a cualquier mujer se hubiera fijado en un simple pajarito... Sentados en aquel sofá, me pierdo en tu mirada, en tus ojos, en tus labios y esa voz... Hablando por chat, la sonrisa se me dibujaba en mis labios, y las ganas de ti aumentaban, ahora que te tengo delante y puedo ver tus gestos, tu forma de mirarme, tu sonrisa, mis ganas de ti se me están acumulando en cada rincón de mi ser. No quiero que termine esto… Quisiera conocer todo de ti, tus miedos, tus pensamientos, tus fantasías, la música que te gusta escuchar, conocerte tanto que con solo mirarte supiera que deseas, que piensas, si estás cómodo o no. Pero eso sí que es una fantasía, eso sí que es soñar demasiado a lo grande… Disfrutaré de ti, conoceré lo que quieras que sepa de ti… Después de horas hablando, provocándote, rozando tus piernas, acercándote a mí, de susurros, y de tus manos acariciándome los muslos, como puede ser, que aun estando, relajados me sienta excitada ante tu presencia… -Bueno, ¿ya hemos descansado no crees pajarito? - dices con una sonrisa. - ¿Qué quieres hacer Sr. lobo? ¿Forma parte del castigo? - preguntó curiosa, asustada. Sonríes, no entiendo, porque siempre sonríes, ¿Qué estarás tramando?, porque eres tan misterioso y reservado... Sé que eso forma parte de tu encanto, de lo que me enloquece, pero me gustaría poder saber que se dibuja en tu mente, como tú conoces la mía, mis deseos, mis pensamientos o bien lo que me haces sentir… Te levantas del sofá, y te metes en esa habitación. Sales de ahí, y yo no sabía qué pensar, o qué decir, ni dónde mirar... Sales de la habitación, no dejo de mirarte de arriba abajo, y de abajo arriba, tu pecho, tu abdomen, tu mirada, tu pelo, tu forma de caminar, veo tu mano, parece una venda... -Levántate. - Pronuncias en frente de mí. Cuando me miras, así, con tu mirada de lobo, con agresividad en tus palabras, indiferentemente de la orden, pero la manera que tienes en hacerlo me pone tan cachonda. Tu esencia. Tu forma dominante de ser tan cariñoso y agresivo en cuestión de segundos. Me levanto. Y puedo ver que te gusta. ¿Te gusta?, ¿Qué te gusta?, ¿que no replique o que obedezca a la primera? -Gírate pajarito. Me doy la vuelta y puedo sentirte acercarte... pones la venda en mis ojos... -Ahora, vamos a jugar con tus sentidos pajarito... - Esto me estremece. Apartas el pelo de mi cuello, lentamente, y empiezas a besarme, puedo sentir tu barba deslizándose por mi cuello, tus dientes mordiéndome… Tus suspiros sobre mi cuello son caricias para mi alma, deseos para la lujuria, son los relámpagos de una tormenta que estoy empezando a sentir… Me coges la mano y me llevas al cuarto. No puedo ver nada. Puedo escuchar como cierras la puerta. - ¿Confías en mi pajarito? -Claro. - Pronuncio segura, pues si no fuera así, no estaría aquí, en un lugar en mitad de la nada, sin cobertura y solamente con una camisa, poniéndome en tus manos para todo lo que desees hacerme... Me tumbas en la cama, deslizas tus manos por mis muslos, por mi abdomen arrastrando la camisa, hasta sacarla, a veces hacer algo lento tiene otro tipo de sensación, de placer…. Empiezas a atarme las manos y los pies. Esto se pone interesante, y estremecedor. Al mismo tiempo siento miedo, pero es el mismo miedo excitante de antes. Siento el cosquilleo recorrer mi cuerpo… Me vuelves acelerar… Ahora no solo me tienes cautivada mi ser, también mi cuerpo lo está.

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Bajo la mirada del Sr. Lobo parte 4

Me vuelves azotar. -He preguntado si lo entiendes. Responde- dices con autoridad. -Si - pronuncio entre suspiros -Si, ¿qué? - dices azotándome nuevamente, pero con más fuerza. Cosa que me hace moverme y gritar, pero me agarras con firmeza de mi cadera para que no me mueva y eso, eso ya es demasiado, esa sensación, me puede. -Sí, lo entiendo Sr. lobo. Obedeceré. -Pronunció quedándome sin aire. Jadeando y excitada. Tu mano se acerca a mi pelo y tiras con fuerza, haciéndome incorporarme y puedo sentir tu miembro rozando mi entre pierna. El deseo dentro de mí. Quiero rogarte que me la claves, que me la metas, pero prefiero no decir más, prefiero ser obediente, tu otra mano suelta el cinturón y recorre toda mi espalda, tiras del pelo nuevamente, y tu mano en mi espalda se desliza hasta mis pechos los aprietas, con ganas, con deseo, la respiración se me agita cada vez más, ya no puedo controlarla, lo puedes sentir, puedes sentir mi respiración acelerada. Te quedas retorciendo mis pezones con tus dedos, se me ponen duros al tacto de tus yemas. Tiras de ellos, ahora soy yo quien puede sentir tu respiración agitada, mi respiración, tu respiración, se funden con nuestros cuerpos rozarse entre ellos. Tus manos vuelves a mi cadera y la aprietas al unísono con tu cadera. Tu polla se desliza por mi húmeda entrepierna. Entre los labios de mi coño. Mis mejillas se empiezan a sonrojarse. -Sé que lo deseas tanto como yo pajarito. Tócate, quiero verlo, sentirlo. – Tu voz, me enloquece. Mis manos se dirigen a mí entre pierna, puedo sentir tu miembro entre mis labios húmedos, pongo dos de mis dedos en el clítoris donde se encuentra también el capullo de tu polla. Empiezo rozándolo, moviendo mis dedos, lo notas, tu miembro lo nota, me gusta sentirme así, tan guarra contigo. -Para, ahora acaríciame los huevos. – En esa misma postura, inclinándome un poco hacia delante, dejo de rozarme el clítoris. Y sigo la longitud de tu miembro buscando tus huevos. Los acaricio con mis manos. Juego con ellos, y puedo sentir como te gusta. -Te deseo pajarito. Me pones mucho. No pares.- pronuncias entre jadeos. Sigo jugando con tus pelotas, con mis manos, los muevo, los acaricio. -Escupe en tu mano y lubrica mis huevos. – Vale definitivamente me vuelves loca. Mis manos lentamente pasan por todo tu miembro, me los acerco a mi boca, dejando mi saliva en ellos. Vuelvo a buscar tu miembro, bajando por la base con mi mano húmeda, llagando a los huevos a los que impregno toda la saliva de mi mano en ellos. Ahora es más placentero jugar, acariciarlos, manosearlos… Después de varios minutos disfrutando de tus órdenes… Me gusta sentir como me ordenas, tu autoridad, tu cuerpo. Me gusta provocarte, excitarte y que tú lo hagas conmigo. -Gírate y ábrete de piernas para mí. - Me muevo, me tumbo en ese suelo, algo frío, y abro mis piernas. Delante de ti. -Tócate- Quiero gritar que me toques tú, pero sé que forma parte de mi castigo, que me toques es un privilegio que ahora no puedo sentir. Mis manos se dirigen a mi coño ya empapado, puedo sentir esas bolas, o canicas dentro de mí, me acaricio el clítoris, y mi mirada muestra lo cachonda que estoy. Siento como me hacen vibrar dentro de mí, como si eclosionarán entre ellas, que placer…

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Bajo la mirada del Sr. Lobo parte 3

Acercas tu mano a la cadena y te levantas… -Ponte de pie- pronuncias con demasiada autoridad. Te miro desde abajo agachada, sin pronunciar palabra me pongo de pie. -Pon tus manos sobre el reposa cabezas del sillón- Dices sin apartar tu mirada con tus ojos impregnados de lujuria. Esto me está estremeciendo demasiado… Suspiras mientras miras mi cuerpo… Y vuelves azotarme con ese azotador los glúteos, una y otra vez. Cada vez que me atizas grito sin cesar… Mis glúteos empiezas a ponerse rosas, y eso te gusta, puedo sentirlo. Tu mano deja caer por mi espalda la cadena que aún sujetabas, y sin parar de golpear mi culo, tu otra mano se acerca a mis pechos me los agarras con fuerza y empiezas a pellizcarme los pezones. Se ponen duros al instante. Cada vez aumentas más el nivel en mi culo, con más fuerza, más agresividad, empieza a dolerme se me entrecorta la respiración, está cambiando su color a rojo. No puedo evitar moverme en cada azote, y gritar al mismo tiempo. Sonríes. Y yo no dejo de temblar. Lanzas el azotador a un lado del suelo, cerca de los pies. No dejo de mirarte, y ver cómo me miras, como me devoras y tu cuerpo, tu mano, toda tu esencia es tan dominante que esto, me excita a lo inimaginable. -Abre las piernas pajarito- Antes de que pudiera ni siquiera terminar la palabra mi cuerpo reacciona a tus órdenes. Con esa mano, rozas mi coño húmedo, te gusta notarlo empapado. Te gusta tenerme así. Al momento tu mano vuelve a mi culo y ahora me azotas con la palma de tu mano, ¿quieres sentir mi piel? No dejas de estremecerme… -Eres mi putita, ¿A que sí? – Dices mirándome con tus ojos de lobo. ¿Cómo resistirme a esto? Mientras me sigues atizando, y con la otra mano coges la cadena en señal de tener poder, y lo tienes, tienes todo el poder, todo el control sobre mí… -Si- pronuncie entre jadeos. Así, lo quiero, así lo siento y lo deseo. Estiras de mis pezones…. No puedo más, me está gustando demasiado… Ya no tengo palabras para pronunciar estas sensaciones que provocas en mi ser. Puedes ver mi cara, estoy cachonda y deseosa. - ¿Puedes aguantar más? -No mucho, pero tú mandas. – Pronuncio entre sollozos. Al decir estas palabras tu mirada, habla por sí sola. Quitas la mano de mi pecho, y paras un momento, con las dos manos te vuelves a quitar ese cinturón y lo pones en mi boca, lo atas… -Si tienes ganas de gritar, muérdelo. - Pronuncias y vuelves azotarme con la palma de tu mano sin parar. Esto no deja de excitarme, de cómo me tienes… Mi culo, mi culo está tan rojo… Puedo sentirlo…. Vuelves azotarme una y otra vez hasta que ves que al fin estoy conteniéndome mis gritos mordiendo ese cinturón. Entonces paras. Me miras, me quitas el cinturón. -Buena chica. Coge aire… - Pronuncias suspirando. Me incorporo, de pie delante de ti. Con mi respiración agitada, y completamente cachonda. Y me besas, apasionadamente. Con tu mano en mi mandíbula y la otra en mis glúteos aún rojos, y lo aprietas con fuerza, con mucha fuerza contra tu cuerpo… Eso me gusta, pues, también me hace sentir ese bulto escondido bajo tus pantalones… Una combinación de sentimientos, emociones, un puñetero volcán en erupción está en cada parte de mi cuerpo, deseoso, de su amo. De ti. Mi respiración sigue agitada. Te gusta. Ha sido un momento demasiado intenso, demasiado lujurioso. Pero sé que esto, solo es principio. Lo que él no sabe, es que es la primera vez, no solo en ser sumisa, sino en desearlo, en cada rincón de mí, y él, tú, eres mi primer amo, todo lo que me haces es nuevo para mí, por muchas fantasías que pude tener antes de conocerte, jamás pensé que fuera tan excitante, sentirlas… Sentir y presenciar el poder que tienes sobre mí.

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Bajo la mirada del Sr. Lobo parte 2

Un deseo indescriptible invade todo mi ser… Me acerco más a ti, a centímetros de ti, nuestros cuerpos se rozan, un impulso nace en mí, me pongo de puntillas, quiero besarte esos labios, me inclinó, pero tu mano se pone en mi cuello, y me acercas hacia el lado de la puerta haciendo que mis tacones vuelvan a tocar el suelo, de nuevo teniéndote delante, cautivada entre tú y la puerta…. Tan cerca, que volvía enloquecerme, tu aroma, tu aliento, tus labios tan cerca de mí… Me miras… Vuelves a tener el control de la situación. -Tenemos toda la noche, pajarito, no corras- pronuncias con una sonrisa… Aun con tu mano en mi cuello, me besas apasionadamente. Eso hace que aguante la respiración, dejándome sin aliento. Vuelves a sonreír. Entonces tu mano recorre por mi pecho…, me coges de la mano y te sigo, me estoy poniendo nerviosa, demasiado nerviosa, a cada paso que damos, se pronuncian mis tacones al andar. Me tiembla hasta el alma, pues, mi alteración por ti está en cada parte de mi cuerpo. Y más después de todo lo sentido, todo lo que me provocaste durante la fiesta… Nos acercamos a los sofás, sueltas mi mano. Te sientas en el sillón, y yo pie delante de ti, me quedo ahí sin saber que decir o que hacer, te sonrío… me miras… de abajo arriba. -Quítate la ropa, pajarito – tu voz, con tanta autoridad, se me acelera el corazón... No sé ni a donde mirar, ahora mismo… Mis mejillas vuelven a sonrojarse ante esta situación. Quiero provocarte. Sé que eres una debilidad ante mi cuerpo, ante mí. Dejo el bolso en una mesita del lado del sofá. Creo que parezco segura, segura de lo que hago, pero estos nervios, tu mirada clavada en mi cuerpo… Me pongo en frente tuya, me quito primero las alas, y empiezo a deslizar lentamente uno de los tirantes. No dejas de mirarme con esos ojos… Y eso me gusta, me muerdo los labios de manera inconsciente, deslizo el otro tirante. Me doy la vuelta, y con una de mis manos voy hacia la cremallera, bajándola lentamente, el sonido de la cremallera bajarse se puede oír entre toda la tensión, entre tu mirada y yo… Pero no hay prisa, o eso es como lo deseas, quiero jugar con tu paciencia, pero al momento por muy lento que fuera, llego al final de la cremallera, suelto, y el vestido empieza abajarse, deslizándose por mis glúteos, mis piernas… Aun estando de espaldas, puedo sentir tu mirada lasciva sobre mí. Entonces el vestido cae. Estoy desnuda. Noto tu presencia, estas de atrás de mí. Me acaricias los hombros… me apartas el pelo de mi oreja, dejándola a la vista. -Dime pajarito, ¿qué deseas ahora? – susurras en mi oído. -Te deseo a ti – Dije con total seguridad. -Demuéstralo- Esa palabra fue suficiente como para voltearme. Sé lo que quiero hacer. Me agaché, quedándome arrodillada ante ti, mirándote desde abajo, mis manos acariciaban tus muslos mientras te seguía observando, y empiezas a desabrocharte el cinturón... Te lo quitas del todo, lento, te gusta hacerlo todo despacio, el silencio se rompe con ese sonido, te quedas con el cinturón en una mano lo doblas por la mitad. Me estás alterando, no solo en oírlo sino en verlo… ¿Te estás preparando? Pienso al ver esa acción.

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Bajo la mirada del Sr. Lobo parte 1

Aquí estoy preparándome para ir a una fiesta, recién duchada, un disfraz encima de mi cama, suena el móvil y lo miro con rapidez, ese sonido solo sale cuando él me habla... Esta historia no empezó hace mucho, navegando por chats, por curiosidad… Y des de entonces empezamos hablar… Me intrigaba… Ya estaba lista cuando el timbre resonó por la casa… Ya está aquí. Una amiga me vino a recoger a las nueve de la noche para que le acompañase a una fiesta, donde la habían invitado, pero no era una fiesta normal, era una de disfraces mencionó … pero yo no paraba de mirar el móvil, esperando una respuesta de ese hombre… Pues estoy conociéndole, una persona interesante y misteriosa, la cual me tenía fascinada. Aquí estoy, subida en un coche, con ella disfrazada de conejito, yo disfrazada de pajarito, un vestido bastante atrevido, de colores azul, verde, rojo, amarillo, era apretado, si me agachase creo que se me vería todo, tenía flecos que se movían con cualquier movimiento de mi cuerpo, de mi manera de andar o incluso al bailar, unas alas en mi espalda no muy grandes, llenas de plumas. Usé unos tacones negros, no muy altos, y unas tobilleras con alguna pluma, me puse mis pulseras, que tintineaban con el movimiento, me gusta tener cierta atención. Dejé mi melena suelta, nada especial, me pinté la línea de los ojos, y me puse un color rojo en mis labios, una máscara de plumas multicolor y un pico no muy pronunciado, para intentar cubrir mi rostro. Le mande una foto de cómo iba vestida, comentándole que posiblemente no podría leer sus mensajes… Él también tenía un compromiso esta misma noche. No dejaba de mirar alrededor, cada vez nos alejábamos más de la civilización pues, para mi sorpresa, la fiesta era en una casa en mitad del bosque, me gusta, pero también es algo siniestro. Pero con ella al lado, todo era más divertido, la música a todo volumen en aquel coche, todo era más despreocupado, cantamos durante todo el trayecto… Después de veinte minutos llegamos a la casa, había muchos coches diferentes colores, tamaños, marcas y alrededor de la casa había una multitud de personas disfrazadas, animales, vikingos, vengadores, piratas, pues la única condición eran las máscaras. Ese lugar carecía de cobertura, prácticamente estábamos aislados, realmente es un lugar hermoso, me gusta la naturaleza, el bosque, es tranquila y calmada, y tiene una belleza y aromas difíciles de expresar. La casa es preciosa de madera, dos pisos y un porche, sacada de una película, por fuera todo era de color madera, pero al entrar era bastante moderna, con algún toque antiguo. La decoración es increíble, cortinas con perfecto doblado, colores cálidos, luces que van de un lado al otro, la música empezó a sonar, el alcohol empezó a fluir... Mi amiga me abandonó por lo que parecía un zorro, quizá suene algo irónico, pero no, era su novio y estaba hecho adrede... Eligieron los disfraces juntos. No conozco a nadie y aunque los conociera no podría reconocerlos con las máscaras... Des de un rincón podía ver al gente pasándoselo bien. Y yo no vine para quedarme solo como una observadora… Saber que nadie me conoce, es algo que me tiene relajada, no hay vergüenza o timidez, sin pensarlo, empiezo a sentir y disfrutar del momento…

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