La poesía más hermosa no está un unos versos o rimas perfectas, la prosa está en tus ojos que aún no han definido color, en esas manos tan pequeñas, y tu sonrisa que aún no tiene sinfonía, los balbuceos de tus intentos de hablar, tu mirada llena de ilusión y tu sonrisa que enamora.
Mi niño, mi hermoso pequeño, tú eres mi poesía, mi arte, eres mi alma, mi amor y mi sentido.
tu llanto fue lo primero que escuché tras aquel color verde que me impedía verte, de repente te alzaron y pude verte mientras estaba inmovilizada, todo cobro sentido, toda la espera mereció la pena cuando pude verte aquel efímero momento.
pasaron horas hasta que volví a verte, estabas ahí tumbadito, y yo me moría por cogerte, tan pequeño, tan delicado, tenía miedo, pero cuando te tuve cerca de mí, pude sentir como me enamoraba de ti, todo se me olvido, los puntos, el dolor, nada existía pues ahí estabas tú, con tus manos y tus pies chiquitos, con esa mirada, tu sonido al respirar, no quería separarme de ti...
Pasaros los días y cada día estabas más grande, tu pelo se alargaba, tus pies, tus manos, todo tú, crecías en cada pestañeo, pero al mirar tus ojos seguían siendo la misma mirada que aquel día.
cada paso que das, cada palabra nueva que aprendes, cada gesto, cada sonrisa, cada carcajada, cada cosa que haces nueva o sigues haciendo, me parece arte, un arte que nadie podrá comprender...
Pues solo con mirarte me siento que no hay versos, palabras, ni nada que pueda semejanza a lo que me haces sentir... no quiero perder ningún detalle pues sé que habrá algún momento que será el único, no quiero olvidar momentos por muy cotidianos que sean...
pues tu eres mi vida...
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