Entre como si fuera una de tantas veces que luche, el combate estaba por empezar, sabiendo que mi debilidad es mi oponente, Dentro del ring frente a él, chocamos guantes, el árbitro de la señal…
El juego empezó.
Su primer desafío fue con sus ojos, no llegó y su primera jugada lanzó al poner su mano cerca de la mía.
Yo respondí de manera inversa. A pesar de sus hazañas continuo con la misma jugada, sin embargo, yo aproveche mi turno para utilizar otra estrategia, llevando mi mano en lo mal alto. Y entonces le deje la ventaja cuando teniéndome cautiva de su trampa. Entonces la pista del juego se movió cayendo encima de mi adversario, perdiendo las estrategias que tenia en mente, pues mi concentración se desvanecía al mirarle…
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