Teleoperadora

Me paso horas delante de un ordenador donde una pantalla llama constantemente a numero sin más, Sentada en una silla y con unos cascos puestos en las orejas. No es ningún secreto, primera llamada con guion después de varias veces nombrado, de me memoria me sale, sin filtros, aunque con algún cambio. Si soy una vendedora telefónica, mi sueldo depende de lo que vendo, mi actitud de lo que aguanta, no puedo colgar, voces de todos los tonos, me cogen las llamadas, algunos con una actitud pésima, es normal mi turno termina a las 9 de la noche deberíamos molestar cuando la cena esta servida. Hay personas que te responden y te escuchan, aunque su cabezonería no ayuda, aun así, su simpatía se agradece, a veces el camino te llega a probar otras profesiones hasta encontrar el que realmente te gusta, no estudiar una carrera no ayuda. No encuentro mi vocación, sin embargo, este camino lo recorro yo, y no me disgusta estar llamando y preguntando, e intentar conseguir una póliza de seguros que vender.

Alguno consigo, pero no son suficientes antes lo que exigen. Otros furiosos por el trato que tuvieron en un pasado no quieres saber nada, otros ni cogen el teléfono, volveremos a llamar.