Profesor

Profesor yo soy, miles de chillidos me acompañan sin cesar, gritos y llantos pero lo mejor son  los sonidos de las risas, fácil no es, pero agradecido estoy que después de enseñarle él lo aprenda, que después de una mañana de experimentos sus rostros son lo mejor, disfrutar y aprender, la diversión nos persigue pero la disciplina también es importante, hay límites nada de morder, nada de pegar, los juguetes hay que compartir, todo parece un caos, pero dentro de este caos hay la magia en la esencia más pura y divina que existe cuando un niño se te acerca te da un beso hasta mañana te dice a su manera, el día siguiente todos juntos otra vez, un nuevo día, la confianza en los padres que te dan su tesoro más preciado, la confianza que los niños te cogen en este pequeño y aunque sea largo parece efímero al su lado, hoy correremos y saltaremos en colchonetas, luego dibujaremos pues artistas también seremos, un cuento para terminar y a comer, todos sentados tú puedes hacerlo solo, dos años y se lleva la comida a la boca, vamos a lavarnos las manos una y otra vez y el pañal también o quizá el orinal, vamos a descansar un ratito nada más, dormimos y vamos todos arriba al patio a jugar, hace buen tiempo y hay que aprovechar. Merendamos todos sentados no se juega mientras comemos los juguetes deben esperar una vez terminas las manos hay que volver a lavar, al fin a jugar otra vez aprendemos animales y construimos con lejos, la imaginación también hay que trabajar... y de nuevo los padres regresan y sonrisas de alegría y gritos vuelven al ambiente, e irse, el silencio nos envuelve donde el ruido permanece todo el día. Mañana otra vez a empezar. Y mucho más que experimentar, que sentir que aprender habrá.