Bajo la mirada del Sr. Lobo parte 5

Publicado el 12 de enero de 2025, 20:43

Empezamos hablar tal y como lo hacíamos por el chat, pero es diferente, escribir tras
una pantalla que tenerte enfrente, después de todo lo que hemos hablado, o hecho, no
me puedo creer que pudiendo tener a cualquier mujer se hubiera fijado en un simple
pajarito...
Sentados en aquel sofá, me pierdo en tu mirada, en tus ojos, en tus labios y esa voz...
Hablando por chat, la sonrisa se me dibujaba en mis labios, y las ganas de ti
aumentaban, ahora que te tengo delante y puedo ver tus gestos, tu forma de mirarme, tu
sonrisa, mis ganas de ti se me están acumulando en cada rincón de mi ser. No quiero
que termine esto… Quisiera conocer todo de ti, tus miedos, tus pensamientos, tus
fantasías, la música que te gusta escuchar, conocerte tanto que con solo mirarte supiera
que deseas, que piensas, si estás cómodo o no. Pero eso sí que es una fantasía, eso sí que
es soñar demasiado a lo grande… Disfrutaré de ti, conoceré lo que quieras que sepa de
ti…
Después de horas hablando, provocándote, rozando tus piernas, acercándote a mí, de
susurros, y de tus manos acariciándome los muslos, como puede ser, que aun estando,
relajados me sienta excitada ante tu presencia… -Bueno, ¿ya hemos descansado no crees pajarito? - dices con una sonrisa. - ¿Qué quieres hacer Sr. lobo? ¿Forma parte del castigo? - preguntó curiosa, asustada.
Sonríes, no entiendo, porque siempre sonríes, ¿Qué estarás tramando?, porque eres tan
misterioso y reservado... Sé que eso forma parte de tu encanto, de lo que me enloquece,
pero me gustaría poder saber que se dibuja en tu mente, como tú conoces la mía, mis
deseos, mis pensamientos o bien lo que me haces sentir…
Te levantas del sofá, y te metes en esa habitación. Sales de ahí, y yo no sabía qué
pensar, o qué decir, ni dónde mirar...
Sales de la habitación, no dejo de mirarte de arriba abajo, y de abajo arriba, tu pecho, tu
abdomen, tu mirada, tu pelo, tu forma de caminar, veo tu mano, parece una venda... -Levántate. - Pronuncias en frente de mí. Cuando me miras, así, con tu mirada de lobo,
con agresividad en tus palabras, indiferentemente de la orden, pero la manera que tienes
en hacerlo me pone tan cachonda. Tu esencia. Tu forma dominante de ser tan cariñoso y
agresivo en cuestión de segundos.
Me levanto. Y puedo ver que te gusta. ¿Te gusta?, ¿Qué te gusta?, ¿que no replique o
que obedezca a la primera? -Gírate pajarito.
Me doy la vuelta y puedo sentirte acercarte... pones la venda en mis ojos... -Ahora, vamos a jugar con tus sentidos pajarito... - Esto me estremece. Apartas el pelo
de mi cuello, lentamente, y empiezas a besarme, puedo sentir tu barba deslizándose por
mi cuello, tus dientes mordiéndome… Tus suspiros sobre mi cuello son caricias para mi
alma, deseos para la lujuria, son los relámpagos de una tormenta que estoy empezando a
sentir…
Me coges la mano y me llevas al cuarto.
No puedo ver nada. Puedo escuchar como cierras la puerta. - ¿Confías en mi pajarito? -Claro. - Pronuncio segura, pues si no fuera así, no estaría aquí, en un lugar en mitad de
la nada, sin cobertura y solamente con una camisa, poniéndome en tus manos para todo
lo que desees hacerme...
Me tumbas en la cama, deslizas tus manos por mis muslos, por mi abdomen arrastrando
la camisa, hasta sacarla, a veces hacer algo lento tiene otro tipo de sensación, de
placer…. Empiezas a atarme las manos y los pies. Esto se pone interesante, y
estremecedor. Al mismo tiempo siento miedo, pero es el mismo miedo excitante de
antes. Siento el cosquilleo recorrer mi cuerpo… Me vuelves acelerar… Ahora no solo
me tienes cautivada mi ser, también mi cuerpo lo está.

 

-Tienes que adivinar, quiero escucharte, presta atención, abre tus sentidos, pajarito. -
¿Adivinar?, ¿el qué? ¿Cómo? Respiro y empiezo a dejarme llevar por cada sensación
que percibo… Tu voz susurrante, tus manos acariciándome, sabiendo que estoy atada,
con una venda en mis ojos, totalmente desnuda, toda yo, para ti… No hemos empezado
y ya me siento excitada por esta situación.
Empiezo a sentir algo frío, muy frío, recorres por mis pechos, que se endurecen al
instante. Dejando humedad en ellos, bajas por mi abdomen, siento que se derrite… -Es un hielo- pronuncio segura.
Una vez derretido, me estremezco, tus dedos quedan en mi piel, me encanta sentir tus
manos recorrer mi cuerpo…
Ahora siento un líquido que me quema, retorcí mis brazos, pero las ataduras de las
manos y de mis pies me inmovilizaban, esta sensación es difícil de expresar, pero me
excita, ¿Por qué?, ¿por qué me excita?, será que es por ti, "a ver concéntrate" pienso,
respiro profundamente, y me empiezo a preguntarme, ¿qué es esto?, este olor ya lo he
olido antes... Espera. - ¿Es una vela? - pronuncié confundida.
Puedo sentir como te ríes. -Sí, lo es, pero puedo ver que te gusta pajarito- No creo que sea la vela, el motivo por el
que estoy tan empapada… Siento que las canicas están por salir. Eres tú quién me
excita, tú eres el causante de toda nuestra perversión…
Tus manos se acercan a mis piernas, acariciándolas… Las abres, y sigues acariciándome
hasta llegar a mi entrepierna, puedes sentir lo mojada que estoy… Empujas las canicas
dentro de mí, mi respiración se agita... -No dejes que salgan pajarito por muy empapada que estés... – Como describir esto, tu
voz, tus manos, tu presencia, como puedes hacerme sentir así…
Ahora siento que algo recorre por mi cuerpo, pero es una mezcla entre el azotador y el
cinturón... ¿Será otro tipo? -Un azotador- pronuncio poco segura, entre jadeos y susurrando.
Lo deslizas por mi cuerpo… recorres cada parte de mí con eso… Me estremezco solo en
pensar como me tienes, las ganas de ti me superan…
Pero entonces siento como con ese azotador me das no muy fuerte en mis piernas,
desnudas, te deslizas y me das otra en mi abdomen, sigues subiendo y lo haces en mis
pechos que están al aire. -Estás más segura ahora de que es un azotador o sigo…- tu voz es tan autoritaria… -Sigue Sr. Lobo, no lo tengo claro aún- pronuncio excitada y deseada. Claro que estoy
segura, pero quiero más.
Puedo sentir tu respirar agitado, tu forma de desearme…
Me azotas los pechos, el abdomen, las piernas una y otra vez, mi piel blanca se enrojece
en cada latigazo con la forma de su pronunciación al ser sentida, golpeada con mi piel…
Te detienes, das unos pasos, puedo sentir tu presencia moverse, mi respiración se altera
en cuestión de segundos… Siento unas cadenas recorrer mi cuello, mi pecho…
¿Será el collar? ¿O vas a cambiarme de postura? La duda me inquieta, ¿qué vas a
hacerme ahora?
Me gusta, pero me asusta al mismo tiempo. ¿Hasta dónde llega tu perversión, tu lujuria,
tu morbosidad?
Tu mano acaricia mi abdomen, como si acariciaras el pétalo de una flor, suave, subes a
mis pechos, y los agarras firmeza, los manoseas, pero esto es nuevo, duele, es como si
me pellizcaras los pezones al mismo tiempo, y siento una cadena entre ellos… - ¿Sabes qué es? - Pronuncias enloqueciendo en ese momento.
No puedo pronunciar palabra, no puedo describir que siento, me gusta, me duele. Tu
mano vuelve, la siento subiendo por mi abdomen, ahora ya no siento la cadena… Puedo
sentir que tiras de mis pezones al unisonó, al mismo tiempo, pero no con tus manos… -Te he hecho una pregunta pajarito… Responde zorra- Pronuncias las últimas palabras
algo agresivo… Y tu agresividad me enloquece… -No estoy segura- pronuncio algo sofocada…
Vuelves a tirar, y me arqueo… -RESPONDE PAJARITO- ¿Eso es un grito o un gruñido? Esto me estremece, me
excita, me siento más húmeda, y sentirte así… Tú voz, tu carácter, me tiene asustada
pero más cachonda. Te gusta sentir mi respiración agitada, porque no paras de
acelerarme, de hacerme sentir el corazón latir desenfrenado… -Pinzas, cadena, no lo sé, ambas- Hablo con dudas, entre jadeos… Con miedo y
excitada… -Así me gusta, pajarito… -Tu voz está más calmada…
Momentos después, me ayudas a incorporarme… Me quitas la venda, me desatas… Si
era ambas, puedo verlo, unas pinzas agarradas a mis pezones y una cadena entre ambas
pinzas, ambos pechos… Mis manos y mis pies siguen atadas en esa cama… sentada en
frente de ti, de tu mirada… Como expresar lo que siento ahora… -Mírame, este es tu castigo, para que aprendas a obedecer… ¡ERES MÍA! - Tus
palabras hicieron eco en cada parte de mí, haciéndome sentir un huracán, mi piel se
expresa, me tiemblan las piernas, siento que no tengo voz, mi corazón vuelve a
pronunciarse desbocado, me has paralizado con esas palabras que retumban en mi
mente… “Eres mía” no hay versos que puedan cambiar esas dos palabras… Mi mirada
se desvía de tus ojos, no puedo mantenerte ahora la mirada… ¡Zas! Me das un guantazo
con la palma de tu mano… Desconcertada, te miro, pero sin miedo, sino con más ganas,
no puedo creer que me esté gustando esto. Tienes una manera peculiar de hacerme
sentir deseo hacia a ti… -Mírame, dilo, quiero oírlo. - Y vuelves bofetearme. Tu mirada es desafiante… -Soy tuya…- -Otra vez- sigues bofeteándome después de hablar… -Soy tuya Sr. lobo- Sonríes -Otra vez- cada vez el guantazo es más fuerte… -Soy tuya- digo con total seguridad, fuerte… Me coges de la mandíbula y la acercas a ti,
a unos centímetros de tus labios… -Grítamelo pajarito…- Vuelves a bofetearme con demasiada fuerza dejando mi mejilla
más que roja y mi entrepierna más que empapada... -SOY TUYA MI SR. LOBO- Pronuncio aguantando la respiración… Me besas con una
mano en tus glúteos apretando duramente… Y tu otra mano en mi cabeza… Siento tu
ansia, tú afán, tu lujuria…. -Sé lo que te gusta, lo que quieres… -Susurras, agarrándome del cuello, cada vez estás
más cerca, nos enredamos en un beso, tus labios…
Te separas me miras a los ojos, pero sigues tan cerca de mí… Puedo sentir tu aliento, tu
mano en mi mejilla, bajando lentamente… -Dímelo pajarito… ¿Qué es lo que quieres? - Sonrió, es fácil, siempre quiero sentirte en
mi boca, sé que te gusta, y a mí me gusta y me enloquece ver y sentir como disfrutas de
mis labios, de mi lengua… -Quiero saborearte, comerte la polla Sr. Lobo- ¿Debía haberlo suplicado? Bueno de
todas formas ya está dicho, sin pronunciar palabra me vuelves a besar… Te levantas, me
desatas y me das la mano, lo que intuyó que he de levantarme… Giras tu mirada encima
de un mueblo, ahí está, te acercas y coges el cinturón. -Así será, pero esta vez, lo quiero más lento, que deslice suavemente dentro de tu
boca… - Pronuncias mientras te sientas nuevamente en aquella cama… -Lo que me pidas Sr. Lobo y como lo desees... – Pronuncio con total deseo y
sumisión… -De rodillas y sin manos, mi cinturón se asegurará de que así sea- Tu mirada vuelve a
ser tan lasciva, tus palabras, dios. Esto me gusta, me encanta, me enloquece a puntos
donde la locura que creía conocer, no era más que la punta de un iceberg escondido. Me
arrodillo ante ti, mis manos van hacia esos pantalones, los cuales los quito, de la misma
manera que tu mi camisa, lento, sin prisa, admirando tu cuerpo…
Antes de empezar, te miro… - ¿Y si me das con tu cinturón a pesar de que tuviera las manos quietas? - Creo que
decir esas palabras con una sonrisa, se ha reflejado en tus ojos, iluminándolos.
Tu polla está muy dura, doy un lametón en todo su métrica, y empiezo metiéndome el
capullo despacio con suavidad tal como lo deseas, puede empezar a sentir el principio
de tu néctar, el sabor de tu miembro, y tu aroma, el aroma abrigador de tu perfume, de
tu miembro, de tu piel… Empiezo a moverme con suavidad, metiéndome tu miembro
una y otra vez, jugando con mi lengua, con la longitud de tu polla, puedo sentir como se
estremece tu miembro en mi boca, pero en ese momento de placer, ¡zas! Me azotas en
mis glúteos pronunciados y parte de mi espalda, intento que esto no me desconcentra,
me pongo tensa, demasiada tensión, sigo comiendo sin pronunciar palabra, ni gemir, me
gusta, que seas así, jamás admitiré que me encanta sentirme así. Prefiero no
pensarlo… ¡Zas! Otra, igual de fuerte que la anterior, sigo comiéndote el miembro…
La meto hasta mi garganta y la sacó lentamente. Una vez fuera, empiezo lamiéndote los
huevos húmedos por mi saliva, los adentro en mi boca y vuelvo a lamerlos siguiendo la
largura de tu miembro hasta el glande el cual vuelvo adentrar en mi boca. Siento que
voy tan lenta, me desespero, pero me excita, te miro y veo tu mirada lasciva y eso me
tiene agitada, alterada, una de tus manos se va hacia mis pechos, manoseándolos, puedo
sentirte jadear, y eso me encanta. Coges de la cadena y tiras con fuerza y firmeza,
precipitando el inicio de endurecerlos aún más… Y ahí cuando menos lo esperaba con
tu miembro en la profundidad de mi boca y jugando con mis pezones… ¡Zas! Otro
azote más fuerte, el cual hizo que me estremeciera, que me moviera con tu miembro
dentro de mí, y que mi garganta intentase pronunciar un gemido… Mi respiración se
acelera. -Más rápido pajarito- Esas palabras… Empiezo a moverme cada vez más rápido, todo lo
rápido que puedo y al mismo tiempo todo lo que me entre, me encanta hacerlo con ese
afecto ventosa, que puedas sentir mis labios aparentando tu miembro duro,
estremeciéndolo, sintiendo cada movimiento de tu polla dentro de mí, tu placer, tus
jadeos. -Me gusta tu boca pajarito…- Tus palabras, lo que siento, toda la situación del
momento… Puedo sentir la humedad de mí entre pierna, una de esas canicas, quiere
salirse, intento apretar, pero no puedo, mi mano se mueve y sin parar de adentrar tu
miembro erecto dentro de mi boca busco mi entrepierna, lo ves, ves cómo voy a
tocarme, meto la bola en mi interior nuevamente y eso me estremece y…. ¡Zas! ¡Zas!
Empiezas azotarme sin darme tiempo a pestañear. No sé si lo has hecho como castigo o
como placer…
Me agarras del pelo, y empiezas a mover tu cadera, follándome la boca, me quedó
quieta, para que lo hagas como desees… Una y otra vez, debo abrir un poco más la
mandíbula, pues, la adentras tan profundo que siento que rozas la campanilla, vuelves
hacerlo parando con todo tu miembro dentro de mi boca, dejándola así un par de
segundos eternos haciendo presión con tus manos empujando mi cabeza y tu cadera, al
mismo tiempo… Las lágrimas brotan de mis ojos, pero me encanta, me encanta la
forma con la que me miras, me tratas, me excitas… La sacas y me miras, puedes verme
la mirada, en ella ves lo excitada que puedo estar, mis mejillas sonrojadas, rozas con tus
dedos mis labios… Ambos estamos sobresaltados.
Después este momento intenso, la excitación ya era demasiado, ambos estábamos en un
límite donde nuestros impulsos deseaban sentirnos. Estas tan cerca de mí… -Quiero sentirte dentro de mi Sr. lobo… -Pronuncio algo sonrojada. -Pídemelo, ¿Qué quieres pajarito?- ¿Quieres que te lo grite, que te lo supliqué? -Fóllame, fóllame por favor, fóllame, hazme tuya de una vez… - Pronuncio cachonda,
ardida, deseosa y desesperada por sentirte…
Sonríes, con tus dedos rozas mi clítoris, y te vas en busca de mis canicas… Mi
respiración es más que evidente, puedes escucharla, sentirla, verla… Me alteras con
tanta facilidad. -Estás muy mojada pajarito, me gusta que estés así…- Eso hace que me sonroje aún
más… tus dedos se adentran en mí sin dificultad, y sacas las canicas, una a una… -Límpiala- pronuncias y sin cuestionarme, saco mi lengua y la lamo la última que has
sacado, está entre tus dedos, dando una lengüetada y tu mirada se pone más lasciva que
había visto. Me tiras a la cama, me mueves como te da la gana, me das la vuelta
teniéndome a cuatro patas al cual perrita… Y de una me clavas tu miembro dentro de
mí…
Empiezas suave, lento, pero hasta el fondo… Te acercas sin parar, agarrándome del
cuello echándolo atrás… -Esto hay que tomarlo con calma, disfrútalo, pero no te corras hasta que yo lo diga… -
¿Y eso es posible? Siento que en cualquier momento voy a explotar… No dejas de
adentrarte en mí, me embistes una y otra vez… Me agarras de la cadera y cada
embestida va siendo más continua, tus azotes vuelven a mis glúteos una y otra vez...
Cada vez más rápido… -Esto es lo que deseabas pajarito… -Pronuncias después de cada embestida y un azote
en los glúteos.
El placer y la locura que me haces sentir, es indescriptible… Es el Everest del placer de
las sensaciones. No es que toque el cielo, es que eres el paraíso, una fusión entre el
placer terrenal, la lujuria del infierno, y la sensación de sentir el cielo en tus labios… -Siento que me voy a correr como sigas así Sr. Lobo- pronuncia a punto de estallar… -Aguanta, aún no- La sacas, me giras mirándome… -Mírame pajarito- Mis ojos se desvían hacia los tuyos… -Quiero ver y sentir como te corres, pero debes aguantar… Vuelves a introducir tu
miembro, coges de la cadena y tiras con firmeza, eso hace enloquecerme…
Sonríes mirándome cogiéndome de mi abdomen embistiéndome... -No dejes de mirarme… Y ahora, córrete para mi pajarito…- Tus jadeos, tus deseos…
No aguanto más. Empiezo a sonrojarme y sin parar de mirarte puedo sentir recorrer un
hormigueo que recorre mi cuerpo, haciéndome tener el mayor de los orgasmos
sentidos… Al unísono puedo ver el tuyo, en tu mirada, al sentir tu semen salir de tu
miembro alborotado, y las contracciones de cada músculo tuyo, mío, al compás de la
misma sensación… -Me encantas Sr. Lobo- Susurro con un suspiro de excitación… Me encanta tu satiriasis
encaja perfectamente con mi ninfomanía, tu morbosidad y lujuria, no puedo seguir
describiendo cada sensación, cada mirada tuya me faltan palabras, y tu consigues que
olvide hasta de mi nombre…
Sigues encima de mí, seguimos mirándonos. Eres una adicción y una debilidad. No sé
qué has hecho conmigo, para tenerme así... - La próxima vez que desobedezcas no dejare que te corras pajarito...- Pronuncias y
siento que me enloqueces perdiendo cualquier tipo de razón existencial… -Por último, límpiala- Sacas tu miembro, y todo tu semen está por salir mezclado junto
el fluido de mi entrepierna… Puedo sentirlo...
Me incorporo y lamo tu miembro nuevamente, cumpliendo con tus deseos, pero
también con los míos…Vuelvo a introducirla suavemente en mi boca, no uso manos,
por si acaso no lo deseas así... Sentir como te estremeces me encanta... Y ser la causante
de ello me excita, induciéndome a la locura.
Saboreo tu miembro con gusto y placer…Ahora uso mi mano para terminar de limpiarte
la polla con mi boca, sin dejar rastro alguno de cualquier fluido…Con la última lamida,
te miro, y tus ojos de lobo… Me haces suspirar cuando me miras así…
Me das un azote en el culo que está demasiado rojizo aún… Puedes verlo en mi mirada,
en ese gemido, al sentirte, no solo ese azote, sino tu presencia, tu mirada… Todo lo
magnificas hasta el punto de cautivar mi alma en tus manos, y sentir la maravilla de
cada acción… -Buena chica- Pronuncias con placer en tus palabras... Me quedo mirándote, al sentir
esas palabras, mis mejillas se sonrojan y me gusta sentir tu satisfacción…

Valoración: 0 estrellas
0 votos

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios

Crea tu propia página web con Webador